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Friedrich Jürgenson grabó sus primeras voces misteriosas en 1959,
cuando utilizaba un grabador portátil con un micrófono conectado al aparato
por medio de un cable. Germán de Argumosa. provisto de una grabadora normal,
acudió en 1970 a Bélmez (España), donde se estaban produciendo extraños
fenómenos psíquicos, y obtuvo allí interesantísimas grabaciones de voces
de origen desconocido.
Sin embargo, desde que se iniciaron los estudios sobre las psicofonías,
los investigadores han intentado por todos los medios perfeccionar al
máximo los sistemas de grabación, con la confianza de que un material
mejor registrado podría proporcionar la clave del fenómeno. Algunos de
ellos han utilizado dos elementos adicionales con excelentes resultados:
la radio y el diodo.
En el primer caso se conecta una radio normal al enchufe del micrófono
del grabador, sintonizando un punto entre dos emisoras que produce ruidos
sibilantes conocidos como "ruidos blancos". En el segundo
caso el diodo -aparato rectificador que hace que la corriente vaya en
una sola dirección- se conecta al enchufe del micrófono. El diodo utilizado
por Konstantin Raudive fue un aparato sencillo y primitivo. Desde un punto
de vista técnico, la antena utilizada con este diodo era sólo de un par
de pulgadas (totalmente insuficiente para captar cualquier señal normal).
Grabaciones controladas
Mientras que estas simples técnicas daban resultados suficientes para
convencer a muchos investigadores aficionados, era obvio desde el principio
que el mundo de la ciencia requeriría pruebas más convincentes antes de
admitir que había algo paranormal en el curioso fenómeno de Jürgenson.
Así en 1971 Colin Smythe hizo dos experimentos cuidadosamente controlados
antes de permitir que su compañía publicase en inglés el libro de Konstantin
Raudive. El primero tuvo lugar el 24 de marzo en Gerrard's Cross, en Buckinghamshire,
bajo la supervisión de Pye Records Ltd. y de dos técnicos de grabación,
Ray Pickett y Keith Attwood.
Todo el equipo fue aportado por Pye e incluía instrumentos para captar
falsas emisiones de estaciones de radio y dos transmisores de alta
y baja frecuencia, así como cintas especialmente protegidas. Se sintonizó
un grupo de cuatro grabadores de modo que una de las grabaciones se hiciese
a través de un micrófono, que daría una versión real de cualquier ruido
normal de la habitación, y también se colocó un complejo diodo con un
indicador de grabación incorporado. La audiencia compuesta por el doctor
Raudive, Colin Smythe, Peter Bander y el presidente de la Colin Smythe
Ltd., sir Robert Mayer, contaba con la afirmación de los dos ingenieros
de que esa máquina haría imposible cualquier grabación a través
del diodo.
Las cintas corrieron durante 18 minutos durante los cuales el indicador
de grabación conectado al diodo estuvo oscilando constantemente a pesar
de que Ray Prickett. que supervisaba con auriculares, no pudo oír nada.
Según dijo Prickett, el play-back fue sorprendente: aparecieron
en la cinta más de 200 voces, 27 de las cuales eran tan claras
que todos los presentes las pudieron entender. Sir Robert Mayer quedó
estupefacto al reconocer la voz de su amigo Arthur Schnabel, un
célebre concertista de piano ya fallecido. Una voz no identificada
se dirigió al doctor Raudive llamando le "Kosti" (apodo
de su niñez).
El segundo experimento se llevó a cabo tres días más tarde, el 27 de
marzo, en los laboratorios de Belling & Lee, en Enfield, utilizando
un laboratorio con pantalla de radio-frecuencia que excluye cualquier
tipo de radiación electromagnética. El experimento fue supervisado por
Peter Hale, especialista en pantallas electrónicas; fue ayudado por Ralph
Lowelock, ingeniero en física y electrónica. De nuevo se grabaron voces
claras.
La respuesta de Péter Hale fue franca: "El resultado de los experimentos
del pasado viernes es tal que no puedo explicarlo en términos normales
de física."
Así pues, la realidad objetiva de las voces, cualquiera que fuese su
causa, se estableció a satisfacción de los respetables científicos. Pero
¿cuál era la naturaleza de los sonidos? ¿Qué es lo que decían?
Muchos investigadores dicen que las voces hablan con un curioso ritmo,
al principio extraño para nuestro oído. Pero en cuanto el oyente se acostumbra
al "tempo", las frases se van comprendiendo. Las voces hablan
como si fuesen contra reloj, como si su energía se estuviera desvaneciendo.
El lenguaje empleado parece depender de la lengua nativa de la persona
a quien se dirige el mensaje: tanto Peter Bander como sir Robert Mayer
eran de origen alemán y las voces les hablaron en alemán. El doctor Raudive
era políglota y las voces se dirigían a él en varias lenguas.
La construcción de las frases, explica Raudive, "obedece
a reglas que difieren radicalmente de las formas corrientes de hablar
y a pesar de que las voces parecen hablar como nosotros, la anatomía de
su aparato fonador debe ser diferente de la nuestra".
El doctor Raudive, al igual que Jürgenson, era un devoto católico y era
quizás natural que su primer interés fuera el de determinar que las voces
procedían realmente de muertos.
Estableció un sistema de comunicación con ellos, una especie de "ouija
electrónica", que hace preguntas en voz alta e invita a los espíritus
a responder. Desgraciadamente las respuestas fueron escuetas y poco informativas.
Repetidamente las voces parecieron evitar preguntas directas e insistieron
en que les creyeran sin pruebas: "por favor, cree", "yo
soy", "nosotros somos", "los muertos viven",
"yo soy Konstantin vivo".
En las voces se detecta a menudo sorpresa, como si el intento desde la
tierra de contactar con ellas las hubiese despertado de una especie de
letargo. El reportero Harald Bergestam escribía para la revista Fate en
marzo de 1973: "Oímos la voz de un hombre decir claramente: estoy
vivo, y lo repitió. La segunda vez su voz demostraba excitación y
felicidad. Comprendimos que acababa de descubrir que, a pesar de estar
muerto, todavía vivía."
Para el católico doctor Raudive los mensajes más importantes parecían
confirmar tanto la existencia de Cristo como la doctrina del Purgatorio.
Muchas voces solicitaban las plegarias y aseguraban al oyente que
podían ser ayudadas por medio de la oración. Otras voces dijeron:
"Jesús anduvo aquí en solitario". "Aquí está Cristo,
aquí están los sacerdotes". Una voz pidió: "¡Oh, señor, acuérdate
de Raudive!". Cuando el doctor Raudive preguntó si las voces podían
hablar a través del grabador cuando querían, una voz replicó: "En
el reino de Dios el deseo del hombre es limitado".
Por otra parte aparecieron mensajes que parecían referirse al demonio
diciendo: "¡Reza! estoy bajo el poder del demonio." "El
demonio existe." Paradójicamente hay voces que expresaban deseos
terrenales como cigarrillos, bebidas, hablan de la "oficialidad"
de su mundo o comentan los vestidos de los experimentadores -quizás ellos
pueden ver a sus interlocutores.
Cuando los vivos molestan
Una secuencia interesante se grabó durante un experimento realizado por
Friedrich Jürgenson junto al profesor Hans Bender en julio de 1971. Jürgenson
estaba en su casa esperando la llegada del profesor Bender y de su equipo,
que incluía a una joven llamada Gisela. Había estado grabando y cuando
volvió a pasar la cinta una voz alemana dijo: «Sie kommen bald. Zahnarzt.
Zahnarzt». (Ellos vendrán pronto. Dentista. Dentista).
Cuando llegó el grupo de Bender, Jürgenson supo que Gisela había tenido
un fuerte dolor de muelas a la misma hora en que la voz fue grabada. Daba
la casualidad que la mujer de Jürgenson era dentista y decidió que ella
se ocuparía de Gisela mientras el grupo continuaba con sus experimentos.
Algún tiempo después una voz en la cinta dijo"Peng", interjección
alemana usada como ¡bingo!, dando a entender que algo se había cumplido.
La voz se parecía a la de Gisela y se oyó justo cuando a ella le fue extraída
la muela.
El incidente de Gisela se parece al fenómeno conocido por los investigadores
psíquicos como una aparición de crisis. Expresado en palabras sencillas:
una aparición de crisis ocurre cuando una persona, el receptor, de repente
se da cuenta de que otra persona, el transmisor, está sufriendo una crisis
(dolor, shock, emoción, etc.) incluso si el transmisor está a cierta distancia.
Los ejemplos más simples de este fenómeno se dan en tiempos de guerra
cuando una madre, por ejemplo, puede sentir u oír el momento en que
su hijo es herido o incluso muere. La teoría es que el dolor y el
shock producen un contacto telepático involuntario entre madre e hijo.
Si el dolor de Gisela hubiese sido lo suficientemente grave e intenso,
hubiese podido proyectar estas emociones de forma telepática. Pero para
que estas emociones afecten a la máquina tendría que haber existido otro
factor: la psicokinesis, concepto que en adelante abreviaremos como PK.
La PK consiste en transformar o mover objetos físicos a través únicamente
del poder de la mente. Si la telepatía pudo hacer aparecer la voz de Gisela
en la cinta de Jürgenson. tenía que haber sido lo suficientemente fuerte
como para afectar al sistema de grabación de la máquina. De esta forma
se deduce que entro en acción la PK a distancia o telepsicokinesis (TPK).
A pesar de que no hubo un pronunciamiento oficial, el profesor Bender
se inclinó por la teoría de que la TPK es capaz de explicar satisfactoriamente
muchos de los fenómenos de voces misteriosas.
En efecto, Bender creía que las voces pueden ser PK que emanan de las
personas presentes durante una sesión de grabación y sugiere que las voces
que hablaron a Raudive se dirigieron a él sólo en lenguas que conocía;
en experimentos llevados a cabo por americanos, por ejemplo, suelen captarse
voces que hablan con acento americano. El profesor Bender también habla
de un incidente que ocurrió en una de sus propias sesiones de grabación:
todos los participantes llevaban micrófonos conectados a diferentes aparatos
para que se pudiesen captar susurros involuntarios mientras que un ingeniero
anotaba las oscilaciones.
Durante la sesión el nombre de una amiga. Brigitte Rasmus, acudió a la
mente de Bender. Al pasar la cinta, contenía las palabras Rasmus, pero
la voz no parecía ser femenina. Bender estaba seguro de que no se trataba
de Brigitte, que estaba viva y en Alemania, y tanto los monitores del
micrófono como el oscilógrafo mostraron que él no susurró la palabra.
Pero era la única persona de la habitación que conocía el nombre.
Para los parapsicólogos agnósticos la teoría de la TPK es quizás más
aceptable que la alternativa de las voces de los muertos, y puede explicar
las discrepancias y la poca coherencia de algunas grabaciones: palabras
entrecortadas y frases pueden construirse y transformarse continuamente
en la mente subconsciente y pueden ser proyectadas en una cinta si interviene
la TPK. Pero, ¿no podían ser los muertos los que usaran esta habilidad
con directrices conscientes?
David Ellis, tras obtener una beca Perrot Warwick en Trinity College
de Cambridge. dedicó dos años, entre 1970 y 1972. al análisis científico
del fenómeno de las voces. Después de su estudio anunció que, por lo menos
en media docena de casos, el doctor Raudive podía haber confundido una
emisión rusa de radio Luxemburgo con sus voces paranormales, pero el resto
de sus cien mil grabaciones eran inexplicables en términos normales.
El 2 de septiembre de 1974 Konstantin Raudive murió en su casa
de Bad Krozingen. La revista Psychic News del 16 de noviembre publicó
un breve articulo sobre un experimento de voces que se llevó a cabo en
una conferencia sobre lo paranormal en Alemania, diez días después de
su muerte. Un investigador americano conectó el grabador y micrófono y
así los 130 delegados pudieron oír una voz, que muchos creyeron
identificar como la del profesor Raudive. Desgraciadamente el profesor
no fue más preciso de lo que sus propias voces habían sido, haciendo simples
alusiones a "otras técnicas". "No tenemos más detalles",
dijo un reportero del Psychic News: esto es lo que llamamos "una
historia con signo de interrogación".