CUENTO : UN NIÑO EN EL GRAN CAÑÓN


Cuentan que una vez un niño fué llevado por
su padre al Gran Cañón, en Arizona.
Estando dentro en lo profundo el lugar en niño gritó: "Tonto!",
y el eco resonó: "tonto...tonto...tonto...".
El niño volvió a gritar: "Necio!",
y el eco resonó: "necio...necio...necio...",
ya exaltado y enojado el ninño gritó "Estúpido!"
y nuevamente el eco resonó: "estúpido, estúpido...estúpido".

El niño se soltó a llorar en su enojo y se abrazó a su padre.
Este le dijo: "No tienes por qué llorar. Escucha:" y el padre gritó:
"Amigo!", y el eco resonó: "amigo...amigo...amigo".
Luego gritó: "te quiero!" y el eco resonó:
"te quiero...te quiero...te quiero". ¿Ves?
El te trata como tú le tratas.

Muchas veces culpamos a los demás por tratarnos mal o con indiferencia, cuando en verdad es solamente el eco de lo que nosotros hemos hecho. La vida es hermosa si la tratamos bien, es por eso que vemos muchas personas amargadas, tristes y solas, pues lo que hacen es renegar todo el tiempo, quejándose de todo. De la misma forma hay muchas personas que viven felices y tranquilas, agradeciendo a Dios por los inmensos regalos de la vida, la salud, la familia o el trabajo. Haz la prueba en esta semana, no reniegues, no te enojes, no maltrates, y verás que la vida misma te responde de la misma manera, y podrás sentir en tu vida al mismo Dios hablándote.